miércoles, 10 de mayo de 2017

juegos tradicionales valencianos

juegos tradicionales valencianos


LAS BOLITAS.
Se jugaba con canicas de barro. El juego consistía en intentar tocar con
una canica a otra que se había lanzado anteriormente. Si quedaba
más o menos a un palmo de distancia de la primera se decía “palmo”. Si la golpeaba se decía “palmo y choco” o otras veces “palm i taconet”.


EL TRES EN RAYA
Para jugar se dispone de un cuadro trazado en tierra. Tienen que participar únicamente dos jugadores. Cada uno dispone de tres piedras y las va colocando en orden sucesivo en el cuadro.
EI objetivo consiste en que cada uno consiga alinear las tres piedras en la misma raya.

DESTAPAR LA OLLA O JUGAR AL ESCONDITE.
Es una variante del tradicional “conillets a amagar” (conejitos a esconderse). El juego empieza eligiendo al jugador que debe pagar.
Se traza una raya en la pared con tiza, de unos dos metros de longitud. El que paga se vuelve de cara a la pared y cuando se dice “¡Ya!”, empieza a contar hasta veinticinco, mientras los demás jugadores corren a esconderse.

EL RATÓN Y EL GATO
Las niñas estaban sentadas en el suelo formando dos círculos concéntricos. Una de ellas hacia de gato y perseguía alrededor del círculo a otra que hacía de ratón. La única escapatoria para el ratón consistía en colocarse delante de una de las dos que estaban sentadas formando el corro.


LA LLUNA, LA PRUNA
Era un juego en que los niños cantaban la siguiente canción, bien dando vueltas en corro o bien cogidos de la mano en fila.


LA PAELLA TIZNADA.
Era una diversión popular que se celebraba en el transcurso de las tradicionales fiestas de cada calle.
Consistía en tratar de coger con la boca una moneda que se había pegado en la base de una paella que colgaba de una cuerda. Los que intentaban despegarla se ensuciaban la cara y raramente lo conseguían.


LAS AGUJITAS.
Este juego estaba antiguamente muy de moda entre las niñas, mientras los niños jugaban a saltar.
Llamado también “El juego del once”, consistía en ir sacando sucesivamente cartas de una baraja hasta que salía el número once, y la jugadora que lo conseguía ganaba.


EL FENDRI.
Llamado también juego de cartones, consistía en lanzar cartoncitos con dibujos impresos dentro de un círculo trazado en tierra. El objetivo era golpear unos cartones contra otros con el fin de hacerlos saltar y sacarlos fuera del círculo.

 
EL MOSCARDÓN.
Intervenían tres jugadores. Se colocaban en fila, de modo que el del centro hacia de moscardón, y con la boca emitía un sonido que imitaba al del moscardón. Mientras así lo hacia, los otros dos se cubrían la cabeza con las manos, ya que el moscardón tenia la misión de pegarles cuando se distraían.


FAVA
Este juego consistía en saltar sucesivamente unos chicos sobre los otros. Se organizaba de manera que uno de ellos, el que hacía de mula se colocaba a una determinada distancia de los demás agachados y con la cabeza inclinada.

ANTERES.
El juego se realiza más o menos como el juego de la mula. Consistía en ir saltando sucesivamente, todos los jugadores, sobre el jugador que pagaba, la mula, y que se había situado junto una raya trazada en tierra.


“L’ESPARDENYA”
Las niñas, sentadas en tierra, formaban un corro. La que pagaba giraba alrededor de las otras por el exterior del corro con una zapatilla en la mano, mientras las otras permanecían quietas, con los ojos cerrados y la cabeza inclinada. En esta situación, la jugadora que pagaba colocaba la zapatilla detrás de alguna de las otras sin que ésta la viese, la cual, al darse cuenta, tenía que levantarse y correr tras la otra con la zapatilla en la mano con la intención de tocarla.

EL GAMBERET.
Era un juego que las niñas llevaban a cabo con la colaboración de sus madres, las cuales confeccionaban un “gamberet”, que era una malla de lana, hecha de modo que las niñas colocaban dentro una pelota y la hacían saltar con los movimientos adecuados.

CIENPIES.
Se colocan seis o siete niños sentados en fila, con las piernas abiertas, unos detrás de otros, muy juntos. Cuando se indica, todos a una han de volverse lentamente hacia la izquierda y quedarse con las manos tocando el suelo y con las piernas sobre el compañero de delante.



ESTIRAR LA CUERDA.
Dos equipos de jugadores más o menos equilibrados se sitúan en los dos extremos de una cuerda gruesa, en cuyo centro se ha anudado un pañuelo o cualquier otra señal, y en el suelo se ha trazado una línea que sirve de separación de los dos campos.


¡CHURRO VA!
Juegan dos equipos. El que paga forma un grupo que se coloca en fila, de modo que la cabeza del de detrás se situé entre las piernas del de delante, hasta llegar a formar una especie de caballo largo.
El primero de la fila pone su cabeza junto a una pared, o junto a una reja. Pero entre la pared y el primero de la fila se suele poner un ayudante que hace la función de colchón.

LOS CABALLITOS.
Se necesitan como mínimo dos parejas de jugadores. Cada una compuesta por un caballero y un caballo. Si se juega a “cavallets a tombar” (caballitos a tumbar) se trata de tumbar al caballero adversario. Pero si se trata de: “cavallets a portar” se marcan en tierra dos líneas paralelas y las parejas se ponen en medio.


LA XATA MERENGUERA
Las niñas formaban dos filas paralelas, mirándose unas a otras. En ambos extremos del corredor se coloca una jugadora. Cuando las de las filas empiezan a cantar, dando palmadas rítmicas, las dos de los extremos se ponen a saltar a través del corredor con las manos en la cintura, cada una en sentido contrario al de su compañera.


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